Común & Silvestre

Escritos

 

Remedio Musical

 
Rotterdam - Noviembre 2016.

Rotterdam - Noviembre 2016.

 
 
 
Al igual que las fotos y la escritura, la música permite volver a lugares y momentos, recordar y sentir cerca a personas queridas, y es por eso que hoy más que nunca, la música no debe dejar de sonar en nuestras casas.
— Común & Silvestre
 

Dentro de los remedios que he buscado para la pandemia, no me he atrevido a incluir recomendaciones musicales. Es un mundo tan amplio y tan diverso que me cuesta pensar en algo que agrade a la mayoría. Lo que nos une como colectivo sobre la música es que nos hace vibrar, pero son notas, letras & ritmos distintos los que apelan y mueven a cada uno. 

No tengo duda que la música es un remedio por excelencia para múltiples situaciones. Por eso, como no me pude decidir qué recomendarles, elegí a cambio contarles el papel que esta ha tenido en mi vida. 

[ Puede que en el camino se encuentren algunas canciones que forman parte de esta historia ]

Crecer con ella

Desde siempre mi papá suspiró por la música. Los libreros en mi casa no eran exclusivos para libros, sino también para CD’s y vinilos que él coleccionaba. Llenó la casa de música desde que éramos pequeños. Hoy al escuchar las canciones grabadas en mi cabeza durante mi infancia, se me estruja el corazón y vuelvo a sentirme como en casa. Nos veo a los cinco sentados en la sala, viviendo las buenas y malas juntos, mientras en el fondo suena la música que mi papá eligió para acompañarnos. Escuchar estas canciones es sentir su abrazo que hoy parece imposible. 

Traerla en el ADN

En mi familia el talento y el gusto por la música siempre ha estado presente. Aunque yo sigo del lado del público, son varios quienes han subido más de una vez al escenario, algunos para dejar valiosos legados que hoy nos permiten recordarlos, otros solo para disfrutar y poner a prueba sus talentos.

Compartir

La música es también un idioma común con el que conectamos con los demás. En el mismo espacio o desde la distancia, compartir nuestra música con otros es enseñarles un pedacito de quien somos, abrir la puerta a un espacio íntimo que revela lo que nos mueve o cómo sentimos en un momento determinado. 

Por años, un canal para mantenerme conectada con gente muy querida ha sido el intercambio mutuo de recomendaciones musicales. Un mensaje con una canción que no requiere un hola de introducción. Playlists colaborativos. Caminos a la playa rotando quién va de DJ y nos sorprende con su selección musical. 

También han sido muchos los conciertos compartidos, cantando desafinadxs a todo galillo, brincando juntxs o inmóviles conmovidxs por tanto, con los ojos en lágrimas de emoción, de tristeza, de felicidad, de sentir.

Y como hablar de música sin mencionar bailar. Con amigas hasta que el cuerpo aguante, con algún amor en complicidad absoluta

La música siempre ha sido compartir.    

Vivir con ella

Cierro con decirles que desde que vivo sola la música es mi compañera fiel. Marca mis días, mi rutina y mis espacios. Tengo música de domingos para escuchar mientras disfruto el café semanal y mis banana pancakes. Otra para el té de las tardes, en ese ratito justo antes que el cielo pierda el color, y que en fin de semana cambiaría para acompañar un trago y la compañía de amigxs o familia. Música para las mañanas, música antes de dormir, para manejar, trabajar, viajar, para salir a correr. Infinitos soundtracks de mi vida, remedios que nunca fallan para ayudarme a atravesar lo que sea que se cruce en el camino. 

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Al igual que las fotos y la escritura, la música permite volver a lugares y momentos, recordar y sentir cerca a personas queridas, y es por eso que hoy más que nunca, la música no debe dejar de sonar en nuestras casas. 

[Texto escrito para Remedios del Trópico - 17 de abril]

 
 
Laura Escobar